lunes, 18 de noviembre de 2013


En Milton, un pequeño pueblo del oeste de Escocia, existe un puente rodeado por una gran vegetación del condado de Dumbarton, este misterioso puente llamado 'Overtoun Bridge' más conocido como 'El puente de los perros suicidas' (en su idioma obviamente) ha llamado la atención de científicos, charlatanes y parapsicólogos oportunistas. Desde los años 60, una numerosa cantidad de canes han sido seducidos por una inexplicable voluntad hacia el suicidio, lo que les llevó a ir a lo más alto del puente y lanzarse al vacío.

En 1859, James White (burgués terrateniente), adquirió terrenos en las afueras del pueblo para construir una pequeña mansión de retiro espiritual. LLeno de riquezas e influencias contrató a los mejores arquitectos de la época para crear el diseño de lo que sería la mejor villa de la comarca, sin embargo para poder acceder a la villa se tenía que cruzar un río (el cauce de Clyde), entonces tenían que crear un puente que tenga un estilo similar al de la mansión y que anticipara la elegancia victoriana de la misma, es así como nació el 'Overtoun Bridge'.

El inicio de los primeros actos suicidas de los canes se registra a inicios de los años 60, pues existían diversos testimonios que informaban sobre los repentinos y misteriosos saltos de los perros quienes ni bien llegaban al centro del puente, sin vacilar cogían velocidad y se lanzaban hacía el vacío por encima de las barandas del puente sin siquiera detenerse a mirar que es lo que había del otro lado, acaban lastimosamente estampados en alguna roca.

Lo más raro

Los perros que sobrevivían tras amortiguar su caída con el agua, subían malheridos nuevamente hacía el centro del puente para increíblemente volver a saltar. Esto se repitió numerosas veces y fue entonces cuando encargaron las primeras investigaciones.

El número de actos suicidas oscila entre 80 y 100 caninos en los útimos 50 años,con más de 5 perros por trimestre y cientos de saltos con 'final feliz', alguntos perros trepaban hasta lo alto de los petos del puente, embriagados de misterio, ante el asombro de sus dueños, pero seguía el engima: ¿Por qué saltaban?

Muchas teorías amantes al morbo alimentaron la leyenda del suicidio alegando que fuerzas sobrenaturales, magnetismos y hasta campos de energía que emanaban desde las piedras del puente confundían el hipersensible mecanismo orientativo de los perros, obligándolos a saltar. Fue en 1994 cuando Kevin Moy, un lugareño influido por las historias de los falsos encantamientos y fuerzas sobrenaturales, lanzó a su bebé desde el puente para limpiar al supuesto demonio de la zona. Hasta la mitología Celta estuvo envuelta en el misterio, acudiendo a la etimología del topónimo. La comarca 'Overtoun' significa 'Espacio fino' (en gales), el lugar en donde el cielo y la tierra están cerca. Supuestamente esto inquietaba más a los caninos que a los erguidos lugareños.

Y asi se dió hasta que los científicos se apropiaron del lugar para resolver el misterio y poder al fin construir una teoría razonable para poner fin a todos los mitos que se decían más para difundir el turismo del encantamiento. Los escoceses para prevenir la violencia animal enviaron a varios veterinarios y científicos a investigar el asunto. Llegaron a la conclusión que el aislamiento visual que producía los altos muros pétreos del puente podrían fomentar y poner en alerta los sentidos mejor desarrollados de los canes: olfato y oído. Luego de estudiar y descartar el origen de sonidos de alta frecuencia en la zona, centraron sus estudios en algún olor que podía emanar en el lugar, tras descartar el oído solo podía ser una cosa: su olfato.

El Dr. Sands, encargado de la investigación, descubrió que no todas las razas caninas eran llamadas a realizar tan estúpido heróico salto. Eran los perros cazadores: Labradores, Collies y Golden Retriever los que saltaban. Había entonces que encontrar un olor desconcertante ¿alguna planta? ¿agua putrefacta? ¡Nada de eso! tenía que ser un animal.

Uniendo teorías y respaldado por los hechos, se notó que los supuestos suicidios comenzaron durante los mismos años en los que se produjo la invasión del visón americano de la zona. Éste animal tiene unas glándulas que segregan una sustancia extremadamente olorosa que vuelve loco a los perros, demasiado locos, y que sirve para marcar su territorio. La zona del puente como ya estarán deduciendo, hábitat de los visones, es un cauce muy cerrado y carente de corrientes lo que hace que la sustancia se conserve mejor y naturalmente no pase desapercibida por los canes que cruzan el lugar, atrayéndolos.

Para reafirmar la teoría el Dr. Sands realizó un experimento que se puede apreciar en youtube tambien (dura cerca de 2:50 minutos), en donde se aprecian a varios perros de hocico grande que exponen sus olfatos a animales de la zona: visones, ratones y ardillas. Los resultados son realmente sorprendentes.