martes, 3 de junio de 2014

El cronovisor

 En su pequeño habitáculo monástico el padre Marcello Pellegrino Ernetti (1925-1994) conoció al padre François Charles Antoine Brune una tarde de principios de la década de 1960. Los dos hombres coincidieron por primera vez durante un viaje en ferry a través del Gran Canal de Venecia. Durante su breve conversación, el padre Ernetti dijo algo que quedó grabado en la mente del padre Brune. Los dos, que eran expertos en lenguas antiguas, estaban hablando de la interpretación bíblica cuando el padre Ernetti comentó que existía una máquina que podía responder a todas sus preguntas.

Cuando le preguntó sobre la máquina, el padre Ernetti describió un dispositivo el cual lo llamó el “cronovisor”. Este era parecido a un televisor, pero en lugar de recibir transmisiones de estaciones locales, el cronovisor podía sintonizar el pasado para permitir al espectador “ver y escuchar” los eventos que habían ocurrido años o incluso siglos antes. Ernetti dijo a Brune que la máquina funcionaba mediante la detección de todas las imágenes y sonidos que la humanidad había hecho y que se encontraban “flotando” en el espacio. El padre Brune quería saber si el padre Ernetti y sus colaboradores habían sido capaces de ver la crucifixión de Cristo. Ernetti respondió: “Vimos toda lo “La agonía”, la traición de Judas, el juicio. El Calvario.”

¿Cómo funcionaba el cronovisor?

Supesto plano del Cronovisor
Lo que Ernetti describió a Brune era el cronovisor, una especie de máquina del tiempo. La diferencia con los dispositivos de ficción como el creado por H.G. Wells, era que esta máquina del tiempo solamente era capaz de capturar imágenes y sonidos del pasado al presente. Según las descripciones aportadas, el cronovisor era una cámara de seguridad conectada a una grabadora de vídeo que permita ver el pasado. Algunos expertos han intentado explicar que esta máquina era algo tan simple como un espejo. Al parecer nosotros no nos vemos reflejados en el espejo a tiempo real, refleja como estábamos a sólo unas pocas millonésimas de segundo antes, debido a que el tiempo que tarda la luz en viajar desde nuestro rostro al espejo, se refleja y vuelve a nuestros ojos.

Pero al parecer los grandes telescopios también actúan como el cronovisor. Las galaxias lejanas que vemos a través de estos dispositivos no son realmente a tiempo real. Si un científico fuera capaz de ver la vida en un planeta a cien años luz de distancia de la Tierra mediante un telescopio, lo que vería es la vida de ese plante hace un siglo. Muchas personas mantienen que si es posible ver el pasado de una galaxia distante utilizando un telescopio, ¿por qué no puede ser posible construir un dispositivo que nos permitiera mirar a través de la historia? El dispositivo descrito por el padre Ernetti, sin embargo, parecía ser capaz de sintonizar cualquier época y cualquier lugar.

El equipo secreto de científicos

Wernher Von Braun y Enrico Fermi
¿Cómo pudo un simple sacerdote crear una maquina capaz de obtener imagen y sonido del pasado? El padre Ernetti había estado trabajando con el padre Agostino Gemelli de la Universidad Católica de Milán intentando filtrar los cantos armónicos gregorianos cuando oyeron la voz del difunto padre Gemelli hablando con ellos en la vieja grabadora que estaban usando ( Gemelli confirmó este incidente). Esto hizo que el sacerdote pensara en lo que pasa con todas las imágenes y sonidos que hacen los seres humanos. ¿Desaparecen por completo o siguen existiendo de alguna manera? Ernetti se acercó a algunos científicos eminentes y reunió a un equipo para trabajar en el proyecto. El equipo contó con Enrico Fermi (uno de los diseñadores de la primera bomba atómica) y Wernher von Braun (el genio alemán). El equipo construyó el cronovisor para que pudiera sintonizar cualquier momento o lugar. Al parecer no observaron solamente la crucifixión de Cristo, también observaron a Napoleón, el filósofo romano Cicerón, o el poeta romano Quintus Ennius. Brune se sorprendió de que no hubiera oído hablar de la invención de este dispositivo. “¿Por qué ocultar tal descubrimiento?”, se preguntó.

El padre Ernetti dijo que el equipo había decidido desmantelar voluntariamente el dispositivo. Puesto que podría sintonizar cualquier lugar y cualquier momento en el pasado, en las manos equivocadas podría crear la “dictadura más temible que el mundo haya visto”. El padre Ernetti también habló de su máquina en algunas conferencias sobre fenómenos paranormales. Si bien nunca pudo mostrar su descubrimiento, el presentó algunas pruebas como el texto de la obra Tiestes.

Las pruebas del padre Ernetti

Padre Ernetti con PIO XII
Tiestes fue escrito por Quintus Ennius que nació en el 239 a.C. en lo que hoy se conoce como Calabria, Italia. Ennius escribió cerca de 20 obras de teatro y un poema épico sobre la historia de Roma llamado Annales. Sólo unos pocos fragmentos de su obra sobrevivieron con el paso del tiempo. Su última obra Tiestes se produjo poco antes de su muerte en el año 169 a.C. Investigadores se han preguntado acerca de esta obra desde hace siglos. En algún momento a finales de los años 60 un profesor llamado Giuseppe Marasca se interesó por las historias que leía sobre el padre Ernetti y su peculiar máquina del tiempo. Marasca contactó con Ernetti y, finalmente, se hicieron amigos. Ernetti prometió mostrar a Marasca su máquina, pero nunca lo hizo. Lo que si le enseñó al profesor era un manuscrito de lo que parecía la obra completa Tiestes, que él había copiado supuestamente mientras utilizaba el cronovisor.

La supuesta fotografía del cronovisor y la obra Tiestes

Una segunda evidencia de la máquina del padre Ernetti fue una supuesta imagen del rostro de Cristo cuando estaba en la cruz, al parecer fotografiado a través de la cronovisor. La fotografía mostraba el rostro de un hombre barbudo con los ojos vueltos hacia arriba. No pasó mucho tiempo antes de que alguien se diera cuenta de que la imagen era idéntica (salvo que estaba invertida de izquierda a derecha) a una talla de madera de Jesús en el santuario por el artista español Lorenzo Coullaut Valera (1876-1932). Después de esta revelación, el padre Ernetti no habló más acerca de la fotografía y el cronovisor. El padre Ernetti murió en 1994.


Peridico con la supuesta fotografia
En cuanto al manuscrito Tiestes que dijo que había transcrito desde el cronovisor, parecía demasiado corto, sólo 120 líneas, para ser la obra completa. La mayoría de las obras de este tipo habrían sido diez veces más largas. La Dra. Katherine Owen Eldred de la Universidad de Princeton, una experta en la obra de teatro sospechó que no era auténtica. Según explico, muchas de las palabras que se usaron en este manuscrito no habían sido publicadas en lengua latina hasta más de dos siglos después de que la obra fue representada por primera vez. El tipo de palabras y la forma en que se repitan también sugirieron que la persona que creo el manuscrito tenía habilidades limitadas del latín. Como Ennio, el dramaturgo, estaba usando su lengua nativa y esto parecía muy extraño. Esto hizo dudar sobre si el verdadero autor fue el mismo padre Ernetti.

El enigma del padre Ernetti

Llegados a este punto es fácil decir que el padre Ernetti fue un loco y un mentiroso compulsivo. A pesar del cronovisor, sin embargo, el padre Ernetti era muy respetado, tranquilo, intelectual cuya especialidad era la música arcaica. Pasó la mayor parte de su vida investigando y enseñando sobre este tema y fue el autor de varios libros de gran exito. ¿Por qué un clérigo respetado, académico y autor de grandes éxitos literarios se inventaría una historia así?

La verdadera fotografia del Cronovisor
Después de la muerte del padre Ernetti, los medios de comunicación locales recibieron un documento de alguien que decía ser un pariente de Ernetti pero que deseaba permanecer en el anonimato. El documento hablaba de como Ernetti antes de morir confesó de que había inventado la obra Tiestes y falsificado la fotografía, aunque según dijo, fue obligado a hacer una confesión falsa.

padre Ernetti
Sin embargo, Ernetti insistió en que el cronovisor existía. El padre Brune, amigo de Ernetti, también cree que el cronovisor existe, pero Ernetti debido a la presión de sus superiores en los últimos años de su vida decidió no hablar de ello. En una entrevista en 2003, François Brune afirmó que unos meses antes de la muerte del padre Ernetti en 1994, Ernetti le dijo que había participado en una reunión en el Vaticano con los científicos que trabajaron en el cronovisor. Según el padre Ernetti, el cronovisor había sido desmantelado por el Vaticano.

isla de San Giorgo Maggior
En el monasterio benedictino de la pequeña isla de San Giorgo Maggiore, en Venecia, es en donde creen algunos investigadores que permanece guardada la máquina de la cronovisión vaticana, desde que el Papa Pío XII ordenó su secreto; ya que aquí Alfredo Ernetti pasó una gran parte de su vida. En el caso de no estar aquí, estaría en el Archivo Secreto Vaticano. Estaría clasificado por el Vaticano con el máximo secreto, materia reservada vaticana "secretum omega".

¿Existió entonces el cronovisor? Si es así, seguro que nunca se sabrá.