viernes, 19 de septiembre de 2014

La gran mayoría de quienes forman parte o no de algún culto religioso católico, y que no conoce Roma, cree que entrar a la Basílica de San Pedro o al Museo Vaticano, es como entrar a cualquier otra parroquia o templo, pero “más grande y más bonito”. También algunos han creído que El Vaticano sólo son los dos recintos antes referidos, y Castelgandolfo, que es la residencia de descanso del papa, así como igualmente mucho se habla de los hermosos jardínes, etc. Pero hasta ahora sólo se comenta acerca de lo que se ha dado a conocer, de lo que aparentemente está a la vista, mas, existe mucho en el interior que se oculta.

Un ejemplo de lo citado es el denominado “Archivo Secreto Vaticano”, del cual se ha dado a conocer que guarda una serie de relevantes documentos históricos, tales como: La primer carta de anulación de matrimonio, una carta de amor entre el rey Enrique VIII y Ana Bolena, colección de cartas de anteriores papas, los documentos correspondientes al juicio contra Galileo Galilei, correspondencia, etc. Lo cual, para el Vaticano, es información cuya importancia requiere de “resguardo y protección”.

Mas, ¿por qué se le denomina secreto? Según se ha dado a conocer, cerca del siglo XV recibió el nombre de “Archivo Privado”, ya que en él se almacenaba sólo la información que el papa en turno hubiera promulgado. Pero, ¿de verdad un archivo repleto, supuestamente de cartas, libros, sentencias, etc., mismos que son parte del fundamento e historia de la Iglesia Católica, requiere de gran seguridad, hermetismo y secreto?
 
Seguridad- El Archivo Secreto Vaticano se localiza en el ala noroccidental del Patio del Belvedere, y no puede ser visitado como el Museo o la Basílica, pues actualmente el acceso está restringido sólo a investigadores e historiadores, previa acreditación profesional y visto bueno de las autoridades del Vaticano; aunque, de cualquier forma, no se tiene acceso a cualquier documento, sino que está restringido sólo a una pequeña parte del fondo en resguardo. Asimismo, esta oficina está administrada por pocos individuos, elegidos por las autoridades supremas del Vaticano, en base a su alta preparación profesional, y a la plenitud de confianza que en estos se tiene.
 
Hermetismo- Con el argumento de “falta de espacio”, la Santa Sede construyó un recinto subterráneo en cemento armado, lo que lo convierte en un búnker antiatómico, el cual fue inaugurado en 1980 por el papa Juan Pablo II, que aunque se desconoce su superficie real, hasta ahora se sabe que son dos pisos con capacidad de aproximadamente 31,000 metros cúbicos y poco más de 85 kilómetros de estantería. Como nota adicional a este punto, es importante recordar la cita de Juan 21:25, que a la letra, dice: …existen también muchas otras cosas que hizo Jesús, las cuales si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir… Y que quede claro, sólo en cuanto a las cosas que Jesús hizo, en esta cita no se está considerando lo que tanto profetas como naciones habrían escrito acerca de las maravillas del mismísimo DIOS. Por ende, más de 85 kilómetros de estantería, es absurdo pensar que sólo recopilan algunos libros, cartas, y unos cuantos oficios más.  
 
Secreto- ¿De verdad es creíble que un archivo construido con las características de un búnker, con una estantería kilométrica, accecible para muy contadas personas, y administrado por intelectuales selectos de un alto nivel de preparación académica, sirva para almacenar correspondencia, algunos libros, algunos sellos, y unas cuantas cosas más, pero en secreto? No debemos pasar por alto el comentario de Juan Pablo II, que al respecto se refirió de la siguiente manera: “El Archivo Vaticano puede considerarse como un libro extraordinario que guarda o revela en sus páginas –oscuras o luminosas, exaltantes o dramáticas– la memoria de una larga y secular vivencia humana de que la Iglesia y nuestra civilización son herederas y continuadoras”. Si el archivo guarda páginas oscuras y dramáticas de la historia de la iglesia, según palabras de Juan Pablo II, cabe cuestionar ¿qué historias son a las que se refiere, y por qué no han sido publicadas?

¿Cuáles son los misterios más grandes que estarían ocultando?

El encuentro de Juan XXIII

El hecho ocurrió una noche de julio de 1961 cuando Juan XXIII, también llamado Papa Bueno, se encontraba paseando junto con el citado secretario, en los jardines de la locación veraniega de Castel Gandolfo.

Cuenta el acompañante, que luego de unos minutos de paseo, ambos observaron en el cielo una extraña nave de forma oval, muy luminosa, de color azul y ámbar. Al parecer, la nave sobrevoló por unos momentos sobre las cabezas de los paseantes para luego aterrizar justamente en el jardín de la referida casa. Según el secretario, en ese momento, un ser con forma humana aunque rodeado de un aura dorada y de orejas alargadas, salió de la nave. Tanto Su Santidad como el secretario se arrodillaron y ambos, aún sin saber exactamente qué estaban viendo, comenzaron a rezar creyendo a lo mucho, que se trataba de un hecho celestial.

Luego de unos minutos, el Santo Padre decidió acercarse a la criatura y, según narra el secretario, logrando entablar una conversación con él por un tiempo aproximado de 20 minutos. Una vez terminada la reunión el Santo Padre volvió adonde se encontraba su secretario dándole el mensaje siguiente:

“Los hijos de Dios están en todas partes; aunque algunas veces tenemos dificultades en reconocer a nuestros propios hermanos”

Dicho esto no se volvió a hablar más del tema, y por supuesto, el Papa nunca reveló, aparentemente ni siquiera a sus más fieles colaboradores, lo que habría conversado con ese ser. Suena difícil de creer, pero para dejar constancia de tal encuentro,Juan XXIII habria realizado una transcripcion de esta conversacion que estaria escondida en lo famosos archivos.

La muerte de Juan Pablo I

El 28 de septiembre de 1978, solo 33 días después de haber ocupado el cargo de Sumo Pontífice, Juan Pablo I fue encontrado sin vida en su habitación dentro del Vaticano. El parte oficial habló de un infarto agudo de miocardio producto de una mala dosis de un medicamento. Sin embargo, su médico negó esta versión ya que no le había recetado nada al Papa, aduciendo que tenía buena salud. Otro detalle es que quien lo encontró en su lecho, Sor Vicenza, aseguró que el cuerpo yacía en posición de reposo y con el rostro calmo, algo imposible de haber tenido un ataque cardíaco.

Quienes no quieren creer en la versión oficial, piensan que Juan Pablo I habría sido objeto de un atentado gestado entre la propia Iglesia y la mafia italiana, luego de que manifestara su intención de reorganizar el Banco Vaticano, en una lucha directa contra la mafia y la masonería. Lo cierto es que la investigación fue rápidamente clausurada y que a su resultado tan sólo el Papa de turno puede acceder.

El atentado de Juan Pablo II

El 13 de mayo de 1981, Juan Pablo II sufrió un atentado a manos del terrorista turco Alí Agca. Dos años después, el Papa lo visitó en prisión y ambos tuvieron una charla de veinte minutos. De los temas conversados nunca se supo en detalle debido a que el Sumo Pontífice se limitó a declarar a los medios de prensa que ese era "un secreto que no le pertenecía y que debía respetar", o sea que consideraba al diálogo una confesión.

A raíz del secretismo se elaboraron numerosas suposiciones, dos de las cuales habrían sido confirmadas. Por un lado, Agca habría confesado quiénes fueron los autores intelectuales del hecho. Consultado al respecto tiempo después daría diferentes versiones: que se trató de un plan del servicio secreto búlgaro y de la KGB por el declarado anticomunismo del Papa; que la orden provino del propio Vaticano; y, actualmente, que fue a pedido del ayatolá iraní Jomeini.

Por otro lado, el secretario personal de Juan Pablo II monseñor Stanislaw Dziwisz señaló que Agca estaba solamente interesado en la tercera profecía de la Virgen de Fátima -la cual hablaría sobre el fin del mundo- y que el Papa se negó a hablar al respecto, diciendo que la verdad sería revelada a tiempo -hecho que ocurrió en el 2000, aunque varios se niegan a creer en la completitud de la revelación.

Documentos prohibidos

Entre estos textos se encontrarían evangelios apócrifos -aquellos excluidos del canon de la Iglesia Católica-; investigaciones sobre las acusaciones de pederastía en la Curia; y documentos polémicos como los que se dice que encontró el historiador John Cornwell cuando pudo acceder a parte del archivo para hacer una biografía del Papa Pío XII, al que terminó vinculando con el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial.

Por fuera de las especulaciones están quienes dicen que el término "secreto" (secretum) se debe a que en el siglo XV el mismo se utilizaba para definir a las personas o instituciones cercanas al príncipe, en este caso al Papa. por lo que la denominación expresaría que este es el archivo "personal" del Pontífice.